Erróneamente pensamos que cuando limpiamos también estamos desinfectando, pero los dos procesos conllevan resultados diferentes.
También consideramos que un lugar u objeto está limpio, cuando no encontramos suciedad visible. Pero esta higiene es superficial ya que a simple vista no podemos detectar los gérmenes y bacterias que hay a nuestro alrededor.
¿Qué diferencia hay entre limpiar y desinfectar?
Limpiar: implica quitar gérmenes y suciedad de superficies u objetos. Este proceso no elimina por completo los gérmenes, disminuye la cantidad y el riesgo de propagar la enfermedad.
Desinfectar: implica eliminar los microorganismos nocivos y evitar su desarrollo. Este proceso no limpia necesariamente superficies sucias, pero al destruir gérmenes se disminuye considerablemente el riesgo de propagar enfermedad o infecciones.
¿Por qué es tan importante limpiar y desinfectar?
Para evitar la propagación de infecciones, enfermedades o contagios.
Prevenir la contaminación.
Alargar la vida útil de las instalaciones, los locales, los utensilios y el equipo.
Mejora la imagen de la empresa.
Conseguir un entorno laboral saludable.
También debemos tener en cuenta que sin una correcta limpieza el proceso de desinfección NO cumple su objetivo. La higiene es indispensable para poder controlar las fuentes de contaminación. Por este motivo recomendamos establecer un plan de higiene en el que se especifique el proceso de desinfección que se debe aplicar en cada lugar y objeto (la frecuencia, procedimientos, productos utilizados.) para controlar y asegurar una buena desinfección.
“Una buena limpieza y desinfección es imprescindible para evitar contagios e infecciones en cualquier sector, y es determinante en áreas como son la industria alimentaria, los centros sanitarios, las escuelas y guarderías, los laboratorios, las cocinas o los baños.”